Comisión Interamericana de Mujeres presenta documento para dar a conocer el impacto del COVID-19 sobre la población femenina

Jueves, 14 Mayo 2020

La crisis sanitaria que enfrenta el mundo por la pandemia del Covid-19 ha profundizado las desigualdades de género existentes, tanto en el ámbito privado como en el público, provocando impactos específicos sobre las mujeres, quienes tienen una alta concentración en los sectores afectados por esta crisis: trabajo en el hogar sin corresponsabilidad en el cuidado, trabajos informales, sector sanitario y trabajadoras domésticas. 

Una realidad que requiere que la participación igualitaria de las mujeres en las decisiones y el enfoque de género sean elementos centrales de las políticas de mitigación y recuperación de la crisis. 

Así lo plantea la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que preside la ministra de la Mujer, Janet Camilo, al presentar el documento “COVID-19 en la vida de las mujeres: Razones para reconocer los impactos diferenciados”, el cual recoge informaciones y argumentos sobre los impactos, retos y acciones para desarrollar políticas que respondan a las necesidades diferenciadas de las mujeres ante el COVID-19.

Con el mismo, redactado a partir de reuniones con ministras, altas autoridades de género, expertas del MESECVI y organizaciones de mujeres, la CIM ofrece un panorama amplio de los impactos diferenciados en las mujeres, centrado en los ámbitos de la toma de decisiones, la seguridad y la violencia contra las mujeres, los cuidados, los derechos económicos y la salud de las mujeres, con especial énfasis en la salud sexual y reproductiva y en los grupos más vulnerables.

Además, el manifiesto propone líneas para el diseño de acciones y políticas públicas basadas en el principio de igualdad y no discriminación de las mujeres, y en la necesidad de implementar medidas de acciones afirmativas. 

El reto es lograr que los Estados Miembros de la OEA implementen la participación igualitaria de las mujeres en las decisiones e incorporen el enfoque de género como elementos centrales de las políticas de respuesta a la crisis, para asegurar que estas sean apropiadas y eficaces, y que respondan a las necesidades diferenciadas de la población.